Al analizar el movimiento de la figura humana debemos conocer el
esqueleto y sus articulaciones, además de analizar el equilibrio estático y
dinámico en el que juegan un papel muy importante los mecanismos de
compensación del movimiento. En este sentido debemos fijarnos que cuando
caminamos, el peso del cuerpo pasa alternativamente de una pierna a otra y que
los brazos y piernas se alternan en su movimiento, de modo que cuando unas
avanzan los otros retroceden y viceversa.
Los mecanismos de compensación de cabeza, hombros y caderas se
suceden para lograr el movimiento. Al comenzar a representar la figura humana en movimiento
es importante dibujar unas líneas o ejes principales que describen su posición.
Uno de los tres ejes será vertical y coincidirá con el eje de simetría del
cuerpo y los otros dos horizontales se situarán en la línea de hombros y la de
caderas. De este modo cuando el cuerpo está en reposo vertical firme, el eje
vertical estará centrado entre los dos pies y los ejes de hombros y caderas
permanecerán horizontales. En cambio si dejamos descansar nuestro cuerpo sobre
uno de nuestros pies, esta postura de descanso forzará a que el eje vertical se
desplace hacia el pie de apoyo y los ejes de hombros y cadera se inclinarán convergiendo
hacia el lado donde nos apoyamos.